Hoy nos detuvimos a observar los cambios que están ocurriendo en nuestra naturaleza, para darnos cuentas del cambio de estación donde del otoño pasamos al invierno. Llegamos al momento del año en que la luz del día dura menos, y las noches son más largas; los rayos de luz del sol se demoran más en llegar al hemisferio sur.
En este tiempo, los pueblos originarios del hemisferio sur celebran el Año Nuevo o el retorno del Sol entre el 21 – 24 de junio. La naturaleza se prepara para un nuevo comienzo.
El solsticio de invierno marca este día como una celebración que conecta a las comunidades con sus raíces ancestrales y la naturaleza, destacando la sabiduría y las tradiciones indígenas. El 21 de junio, día del solsticio de invierno, marca una fecha clave en el calendario: el Año Nuevo Andino. Esta celebración no es simplemente una festividad; es una oportunidad para reconectar con las raíces culturales y valorar la rica herencia de los pueblos indígenas. Para las culturas andinas, la Pachamama es una entidad sagrada, atribuyéndole la fertilidad de la tierra, la provisión de alimentos, el equilibrio natural y la armonía. En su honor se ofrecen diferentes rituales y ofrendas como muestra de agradecimiento y respeto.
Hoy nuestro colegio hace lo mismo; agradecemos el nuevo ciclo y nos renovamos en este encuentro de cariño y de calor, danzando alrededor de nuestro propio centro y esperando el caluroso intercambio del chocolate.
¡Disfrutemos este momento y compartamos la alegría de conectarnos con la naturaleza que tanto nos regala!